Mi dia de furia

y Murphy habló...

Todo era felicidad...partía mi primer 18 como trabajador, con platita en el bolsillo pa celebrar, carretes programados, una jornada laboral con 2 horas menos de duración, viaje a Stgo programado. Hasta me gané una tartaleta de fruta en la pega. Me conseguí que me llevaran gratis a Santiago en auto, pero antes pasé a mi casa a buscar ropa (en verdad, a dejar la tartaleta). Y ahí comenzó todo...
Mis temores se hicieron realidad...la chapa estaba mala, la llave no giraba. 5 minutos intentando, y decidí (o asimilé) que no podía irme a Santiago. Avisé a quien me iba a llevar que no me esperara más pq no podía ir. Luego seguí intentando, probando una y otra vez a ver si por milagro se arreglaba. Hasta que dicidí llamar a un cerrajero. No se demoró más de 5 minutos en llegar, miró la chapa, intentó dos veces y sacó de su billetera una tarjeta de bellsouth. Bien dicen que la telefonía movil nos abre muchas puertas. Claro que nunca pensé que la de MI DEPARTAMENTO!!!. En fin, una vez abierta la puerta y mientras el cerrajero revisaba la chapa cayó la guinda de la torta. Aunque en verdad fue la guinda de la tartaleta...el envoltorió sufrió de fatiga de material, junto a mi error de confiar en la manilla de la caja, todo con el resultado de ver una linda mancha roja en mi alfombra, cubierta por la masa y encima la caja. Como cual felino, la caja tuvo la habilidad de, en 1 metro de altura, abrirse, girar en el aire y expulsar la tartaleta hacia el piso. Solo me quedaba reirme. Un par de palabras feas y a recoger la tartaleta.
Escuche lo que el destino me tenía que decir y decidí quedarme en mi departamento sin salir a la calle por autoconsiderarme un peligro para la sociedad. Claro que igual salí a comprar la carne pa'l asado del dia siguiente. Y llegando a mi estacionamiento veo q unos tipos se estaban instalandó ahí, obviamente sin mi consentimiento. 2 minutos más tarde y habría sido otro mal rato. Pero al parecer el huracan Murphy ya estaba en retirada por lo que se cambiaron de estacionamiento y pude encerrarme tranquilamente en mi bunker.
Mañana fue otro día.