Tuesday, January 17

Aire acondicionado (¿o gente condicionada?)

Por ahí por noviembre ya empezó a asomarse el sol por esta región con cara de verano. Y sin aire acondicionado, las tardes se iban entre abrir la ventana para que entre aire, cerrarla porque la fábrica de champiñones estaba “power”, sacarse los chalecos, soltar la corbata. Hasta que llegó el milagro...luego de pasar 2 semanas con tubos colgando en la cabeza, el aire acondicionado empezó a funcionar. Estaba bien, agradable. Hasta que empezaron los conflictos entre los distintos termostatos personales. Cada media hora se escucha un “pip” que obliga a levantar la cabeza para ver quien cambió la temperatura: “ahroa está en auto”... “¿no tenía que estar en cool?”... “21? No será mucho....pero si estaba en 24!!”...mientras tanto en mi nuevo puesto de trabajo, note como el brazo derecho se me congelaba... pude notar que el aire dobla y baja por la pared y rebota hacia mi. ¿Resultado? 17 de enero de un verano bastante caluroso y yo....tomando Tapsin por mi resfrío. Un sol radiante afuera y yo con polera manga larga.
Parece que la sobredosis de aire acondicionado fue la que me pasó la cuenta. Entre la oficina y el auto...más el “calor agobiante” de mi departamento (¿?) estoy acá, moqueando de lo lindo, consumiendo pañuelos como quien come cabritas en el cine, con la boca seca por la respiración.... Pero algo bueno hay...descubrí porqué cuando me resfriaba se me irritaba el labio superior... cuando me limpiaba la nariz, refregaba el bigote con la piel sin querer, produciendo la posterior irritación.... ¿interesante no?. ¡Ahora estoy preparado para el invierno!

1 comment:

Víctor Ruiz -un tipo educado-. said...

Sorprende cómo puedes narrar algo tan trivial y transformarlo en una fábula urbana. Aun cuando no escribas la moraleja, se cacha que hay algo entre líneas... Seguiré buscando (y leyendo).

Víctor